REVISTA PARA SEÑORITAS
 
DIRECTORIO

Universidad Autónoma de Aguascalientes

Mario Andrade Cervantes
Rector

Jorge  H. García Navarro 
Decano del Centro de Artes y Cultura

Ana Luisa Topete Ceballos
Jefa del Departamento de Letras

Mª Adriana
Maestra de Literatura Mexicana Moderna


Revista La joie de la femme

Equipo Editorial

Cynthia Anaí Armas Hernández
Cristina Alejandra Gómez Rangel
Andrea Trueba Ruiz
Sonia Roxana Vadillo Sanchez
Ana Laura Zermeño Cuellar


 
Señoritas:

En esta edición su revista para señoritas les ofrecerá una buena opción literaria que las sacará unos instantes de sus vidas sociales tan ajetreadas. La obra que les recomendamos en esta ocasión es Los bandidos del Río Frío, del escritor mexicano Manuel Payno.  Esta novela fue publicada primero en Barcelona, en donde vivía el autor. A  manera de entregas en folletín, en el años de 1889 y 1891, para después venir a México y publicarse a los dos años posteriores. 

A continuación les ofrecemos una reseña de esta novela mexicana que llevó a la cima a su escritor. Esperamos que cómo señoritas aristócratas del país y futuras líderes de éste, queden inmersas en este tipo de literatura y se interesen más por los roles que hasta ahora, sólo los hombres se han encargado de ocupar. Disfruten la reseña y sean lo suficientemente curiosas e inteligentes para leer la obra completa. 

La obra se centra en el siglo XIX, sin precisar el año en el que empieza la novela. México pasa por un duro momento de vandalismo, pues los diferentes grupos de asaltantes recorrían todos los caminos existentes del país, así pues, cada vez se hacía más difícil el tránsito seguro desde Veracruz hasta la ciudad capital, a la altura de un lugar llamado Río Frio. La delincuencia y el vandalismo se sincronizaban de una manera impresionante. El personaje conector de la historia es la viejecita Nastasita, una mujer que encuentra en el basurero a un bebé, quién es rescatado por una perra. La viejecita decide adoptar al niño que resulta ser el hijo de la condesa Marina, hija del Conde de Sauz, y de Juan Robreño. A su vez, el niño terminó en el basurero pues dos herbolarias lo iban a sacrificar para curar a Doña Pascuala. Después de unas páginas en donde como lectoras vamos encontrando el hilo de la novela y el significado de cada personaje, la fortuna del niño abandonado en el basurero es presentada, alejándole de todos los personajes ya antes mencionados. 

Como se mencionó en un principio, el país enfrentaba una oleada de vandalismo impresionante y quien estaba detrás de todo esto era el coronel Relumbrón. Él desempeñaba un cargo importante dentro del gobierno de Santa Anna pues era el encargado del estado mayor. Relumbrón desconocía el porvenir de su familia, ya que ésta mantuvo su parentesco oculto para cuidarlo desde lejos, además, el general poseía una vida que al parecer era doble pues por un lado era bueno con su esposa, un buen padre y un ejemplo a seguir para as influencias políticas. Por otro lado, estaba la figura del general tomador, apostador, enredado de manera sentimental con varias mujeres y un cabecilla de negocios ilícitos. 

Los vicios de este hombre lo llevaron casi a la quiebra y para evitarlo crea una red de criminales a la cual lidera desde fuera, dejando en el anonimato su identidad. Los únicos que la conocen son Don Santos, Don Pedro Cataño y Evaristo. 

Evaristo era ebanista y vivía una vida feliz a lado de su pareja Casilda sin embargo el tiempo lo cambia y comienza a hacerse avaricioso y mundano, por ello abandona a Casilda y se casa con la sirvienta del conde del  Sauz, Tules. No vive mucho con ella pues al final vuelve a extrañar a Casilda y para abandonar a su entonces esposa, la mata, teniendo como testigo a Juan. Desesperado por dejar su pasado atrás huye en dirección al Rio frio, en donde empieza a vivir como un honrado ranchero. Organiza un bando de asaltantes y el gobierno llega a nombrarlo con un puesto importante dentro de la comunidad rural. 

 Por otro lado, la identidad que Pedro Cataño muestra es falsa, pues él es Juan Robreño, hijo del administrador de la finca del conde del Sauz, quien es padre de la condesita Mariana. Juan corre a auxiliar a Mariana y por ello es despedido del ejército y para no ser fusilado por traición huye y se refugia. Cuando pasa un tiempo regresa al lado de Mariana para cuidar del pequeño hijo que habían procreado juntos y sin embargo cuando llega se entera de que el bebé se ha perdido. Así es como Juan decide marcharse después de enterarse de la noticia y perder las esperanzas de casarse con la condesita. 

El hijo de Juan y Mariana vive muchas peripecias, desde estar al cuidado de la viejecita, el asilo para pobres, Evaristo y la frutera Cecilia. Durante un levantamiento se llevan a otros dos muchachos y a Juan al ejército. Los otros dos muchachos son Moctezuma III y Espiridión. Después de un tiempo, Relumbrón lo recluta y lo encarga a que cuide su hacienda. 

Relumbrón con varios aliados en el gobierno, entre ellos el futuro prometido de la condesita, empieza a crear una red más grande de vandalismo en la cual distribuye monedas falsas, crea un movimiento de sublevación en Jalisco y organiza a más ladrones en la capital. Estos crímenes que va acumulando no le hacen ganar la fortuna que ha perdido con el tiempo así que se decide a él mismo robar. El punto que decide asaltar es la casa del conde del Sauz sin embargo su treta no es del todo efectiva pues a pesar de poder salir con el dinero que robo, dejó su cartera por accidente en el lugar por lo que después de ser investigado el crimen, dan con él y con sus ayudantes. Juan Robreño y su hijo Juan después de haberse encontrado por azares del destino, regresan juntos a la casa del conde del Sauz a quien no le queda más remedio de aceptar el matrimonio de su hija con Juan y de aceptar al niño como su próximo heredero.

Por: Roxana Vadillo Sánchez

 
Señoritas; esta primera edición de nuestra revista La Joie de la Femme está dedicada a la obra Los bandidos de Río Frío, esta novela por entregas tan popular y conocida aún en el extranjero. A lo largo de la publicación encontrarán ustedes una sinopsis del libro realizada con el propósito de animarlas a su lectura, dos interesantes artículos sobre la búsqueda de la identidad mexicana y el papel que desempeña la mujer en la literatura y en nuestra sociedad. Y como sorpresa, también tenemos una entrevista realizada a uno de estos famosos bandidos, del cual no revelaré el nombre para mantener el suspenso. Por si todas estas razones no fueran suficientes para que se decidan a comenzar a leerla inmediatamente, les tengo una más.Por muy enrevesada y entretenida que nos resulte la trama, este libro no se limita a ser simplemente “interesante”. Es un vivo retrato de la sociedad mexicana del siglo XIX, pues sus personajes pertenecen a numerosos estratos sociales y rangos de edades. Esta es la razón que les presento para que lean esta obra: para que no se queden cómodamente sentadas viviendo sus días en la ignorancia, creyendo que todo está bien. Las jovencitas, que es finalmente el público al que va dirigido esta revista, se encuentran en una edad de ensoñaciones y anhelos románticos. Por supuesto que esto no tiene nada de malo, al contrario, es completamente normal. Pero también deberían de preocuparse por estar enteradas acerca de las crudas realidades de nuestra sociedad, mismas que muchas veces preferimos ignorar por ser más fácil que enfrentarlas.

A continuación está una lista de las cosas que van a aprender con esta novela (no incluiremos todas, para dejarles la intriga):

1.- Cásense con un hombre al que amen, no dejen que sus padres intervengan- Mariana del Sauz es la joven hija del conde Don Diego Melchor y Baltasar de Todos los Santos, quien es tan ruin como largo es su nombre. La pobre Mariana se enamora del hijo del administrador de la hacienda y naturalmente, su padre no consiente la unión de los enamorados. Después de muchos años y andanzas, finalmente pueden estar juntos y aunque tuvieron un hijo fuera del matrimonio se casan igualmente. Así que, muchachas, no se den por vencidas si lo que sienten es amor verdadero. Esta historia es sólo eso, ficción, pero eso no quiere decir que ustedes no puedan tener su propio final feliz. Manténganse firmes y luchen por defender sus sentimientos. No dejen que elijan por ustedes o podrán terminar como la infortunada esposa del conde, atrapada en un matrimonio cruel y frío. Aunque probablemente no existan maridos tan despiadados como el dichoso Don Diego… o eso queremos creer.

2.- La clase social no determina el carácter de una persona- La mayoría de ustedes probablemente proviene de familias acomodadas o de clase media, y por tanto es muy normal que crean que existe una relación indiscutible entre el estrato o el dinero que alguien posee y su naturaleza. Tomemos como ejemplo al coronel Relumbrón. Es un hombre que goza de una buena posición, es un buen esposo y padre, tiene influencias y todo el aspecto de ser honorable. Pero sus vicios y el derroche de su dinero lo arrastran a enredarse en varios negocios turbios y a convertirse en la mente maestra detrás de la famosa banda de los bandidos de Río Frío. Además, tenía varias amantes. Este es uno de los hechos sociales que puede resultar más difícil de asimilar: el que las personas no sean lo que aparentan, y que quienes parecen más dignos y honrados en realidad sean los más corruptos. Pero tristemente así suele ocurrir. El lado positivo de que las apariencias engañen es que podemos encontrar grandes virtudes en aquellos de baja condición social. ¿Quién pensaría que una viejita pobre, sin sustento para sí misma y que ha sido tratada injustamente, tendría en su interior la bondad para recoger a un bebé huérfano y cuidarlo durante su infancia? Como la Nastasita, muchas veces las personas humildes demuestran rectitud, abnegación y sentido de la justicia. En conclusión señoritas, no se dejen llevar por lo aparente, y dejen de lado sus prejuicios. Les irá mejor.

3.- No necesitan un hombre: sean independientes- Este punto puede sonar un tanto contradictorio ya que unos párrafos antes hablábamos de luchar por el amor. Pero nos referimos a que no deben creer que necesitan tener a un hombre a su lado para vivir, para tomar decisiones, para desenvolverse en el mundo. Desgraciadamente, a la mujer todavía se le considera como inferior al hombre en muchos aspectos en nuestra sociedad, pero aún si eligen contraer matrimonio, recuerden que su marido es su igual, no su superior. Y si, por tales o cuales razones, deciden no casarse, no teman. Ustedes son perfectamente capaces de trabajar y vivir con decoro. Miren nada más a Cecilia, quien al morir su madre sólo se quedó con dos trajineras y doscientos pesos. Pero eso no la detuvo; en poco tiempo había alcanzado una buena posición económica dedicándose al comercio de la fruta, y además rechazó a todos sus pretendientes. Así que no teman jovencitas, pueden salir adelante con su inteligencia y sentido común. Les repetimos una vez más; no necesitan un hombre. Si acaso, sólo un poco de buena suerte y mucha confianza en sí mismas.

Con estos tres puntos en nuestra lista esperamos haberles dejado lo suficientemente intrigadas por esta excelente novela. Si se animan a leerla sin duda pasarán un rato muy ameno y verán reflejados muchos otros temas sociales a lo largo de la narración. Después de todo, es una obra costumbrista que tiene como propósito retratar la vida en el México de los años 1800. Y vaya que cumple con su finalidad. ¡Sigan leyéndonos!




Por: Andrea Trueba Ruiz

 
Al ser mujeres, se nos ha dejado de lado como ciudadanas de un país que no se construyó sólo gracias a los hombres. Cada individuo, sin ser importante el sexo, la condición social, etc., ha contribuido para la creación de lo que hoy reconocemos como territorio propio.

A lo largo del siglo XIX se ha buscado establecer nuestra identidad, somos una sociedad distinta a la peninsular, está claro, pero aún no logramos definir unánimemente quienes somos y probablemente esta pregunta nunca tendrá una respuesta única pero los intentos por esclarecer esta cuestión son múltiples. La literatura decimonónica nos ofrece una manera de descubrirlo a través de la corriente del costumbrismo y del realismo.

 En esta edición dedicada a Manuel Payno, se intenta explicar cómo este escritor busca plasmar la complejidad de una nación y es a través de su obra, Los Bandidos de Río Frío, donde se puede encontrar la esencia de la sociedad mexicana.

A través de la descripción de escenas cotidianas como la vida de doña Pascuala en su rancho y las ferias, los bailes, los juegos, la comida, los pasatiempos, la creencia en lo místico y lo cristiano al mismo tiempo, los pleitos dentro y fuera de las familias, los trabajos, la convivencia de clases, etc., se conjugan ideologías tan distintas que convergen en el mismo territorio. Payno retrata a una población completamente nueva con una mezcla de elementos del pasado (las creencias de Matiana y Jipila y sus métodos místicos) con las problemáticas del presente (desde inicios de siglo se hablaba de corrupción y del mal manejo del gobierno).

A través de la obra de Payno, podemos reconocer los estratos sociales y las problemáticas del país, la anarquía social, corrupción, caos y por otro lado, el deseo de civilizar, de orden, de justicia, de cambio, ideas contrarias que aun hoy son vigentes, es por eso que la obra de Payno sigue tan fijada en nosotros, seguimos siendo esa sociedad, llena de contrastes y de dificultades que aún hoy miramos como pasajeras.

La anterior es la sociedad mexicana de Payno, es la que plasma en cada uno de los personajes, en su lenguaje, costumbres, caracteres, etc. Por ejemplo, en el personaje de Juan Robreño, que inició desde lo más bajo, abandonado a su suerte pero rescatado hasta llegar a una adultez propicia (conoce a sus padres y se casa con Mariana) puede decirse que se refleja un México próspero, que desde su inicio fatal, se forja y se consolida positivamente. Esta puede ser la visión halagüeña que tiene Manuel Payno sobre su país a pesar de las adversidades que han marcado tanto su vida como su país.

Gracias a las descripciones realistas, el uso del lenguaje coloquial de aquel tiempo, la introducción de todos los estratos sociales, bandidos, huérfanos, brujas, condes, marqueses, criados, fruteras, abogados, médicos, etc., es como el autor logra una conexión realista entre el  lector y la novela, Manuel Payno no habla de nada ajeno a la población mexicana, no habla de sueños, lugares exóticos, no habla de mitología ni de la Europa idealizada; habla de la sociedad, cómo éramos en aquel tiempo y seguimos siendo en muchos aspectos.

Sí, incluso nosotras, que somos vistas como los ángeles o los demonios (según sea el caso), sin voz ni voto y siempre en desventaja socialmente hablando, estamos retratadas en ese gran cuadro costumbrista de Payno. La mujer es parte de la sociedad mexicana y contribuye a la identidad de la misma siendo esposas, con sus propios fantasmas y pesares; siendo criadas, siendo mujeres creyentes pero también paganas, de espíritu libre y al mismo tiempo sujetas a prejuicios, etc., no se niega la existencia de personajes femeninos llenos de discrepancias más sin la existencia de estos, la novela de Payno no se podría completar y la identidad conjunta de un país no se puede establecer.

Por: Cristina G. Rangel

 
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Y nuevamente sorprendiéndolos a ustedes en  “La Joie de la femme” presentaremos a uno de los hombres que han causado mayor polémica en Bandidos del Río Frío. Mucha gente ha estado deseando saber un poco más de este personaje antagónico y finalmente le hemos convencido. Algunos lo conocen como Pedro Sánchez y otros como el líder del famoso grupo de los bandidos del río frío. Como el lector guste llamar este villano, Evaristo el tornero, asesino, ladrón, ambicioso y truculenta celebridad de México que aparece en la exitosa creación literaria de Manuel Payno, ha accedido a respondernos un par de preguntas elaboradas por nuestros lectores más curiosos.

           

·         Con honestidad ¿Qué fue lo que te orilló a convertirte en un criminal?

 

 R: Yo estaba acostumbrado a otro tipo de vida y la muerte de mi padre por un momento fue como un alivio pero posterior a eso, el hecho de saber que tenía que aprender a trabajar no me agradó del todo. Necesitaba escalar de estatus y poder vivir cómodamente como vivía antes. Mi avaricia no me permitía quedarme toda la vida trabajando honradamente estando con una cocinera.

 

·         A muchos lectores les interesa saber ¿Cómo te sentiste después de haber matado a Tules y el haber abandonado a Casilda?

 

R: Francamente abandonar a Casilda en un principio no me importó ya que pude casarme con Tules, pero después de aburrirme de ella y encontrarme con Casilda, le hice varias promesas pero ella decidió ignorarme. Así que por no llegar a la cita me invadió una rabia que me gustaba desquitar con Tules. Uno no piensa las cosas cuando esta borracho. Sólo estaba molesto una noche y no buscaba matar a mi mujer en ese entonces, pero ¿qué le vamos a hacer? Me sentí enojado porque se había muerto pero tenía más miedo de que el chiquillo ese, Juan, abriera la boca y me delataran.

 

·         ¿Qué opinión tienes del Juez Bedolla?

 R: No puedo quejarme, el sujeto solamente actuó de acuerdo a su conveniencia, el hecho de realizar la investigación de la muerte de Tules y no dar conmigo, benefició en gran medida todos mis planes futuros. Bedolla sólo se vanagloriaba a él mismo y solamente buscaba quedar bien con sus superiores. Él no significaba un problema para los negocios.

 

 

·         ¿Qué fue lo que influyó  en la decisión de  unirte con Hilario y comenzar esta banda de ladrones?

R: Fueron sobre todo la avaricia y la necesidad de obtener dinero. Y para poder asociarme con Hilario fue necesario conocerlo, debía tener en cuenta con qué tipo de persona estaba tratando y finalmente llegué a la certera conclusión de que me estaba asociando con un hombre, ladino, atrevido y ambicioso como yo. En pocas palabras me encontraba con un ladrón experto con el cual comencé el monopolio del robo.

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·         ¿Cuál es el punto de vista que tienes con respecto a la alianza que hiciste con el coronel  Relumbrón?

R: Fue necesaria para tener mayor afianzada la seguridad de los ladrones que estaban a mi cargo. El hecho de que Relumbrón haya sido coronel, nos permitió  realizar más asaltos y altercados pero no dejo de lado que él sabía quién era yo, que mi nombre no era Pedro Sánchez y que yo era el responsable de la muerte de Tules. Por supuesto había desconfianza pero esta alianza fue en su mayoría favorable porque no sólo nos encargábamos de robos sino que también hubo mejor organización y le conocí otra vía de dinero a Relumbrón con su fábrica de monedas falsas.

 

·         ¿Qué opinas de tus aliados inmersos en el secreto de que tú eres el cabecilla de los bandidos?

R: Nunca tuve plena confianza con respecto a mis aliados y efectivamente así fue. Relumbrón y yo finalmente fuimos capturados y el sujeto intentó hacerse el disimulando como si lo hubiesen calumniado por un crimen que supuestamente no cometió. Cuando nos capturaron  como era de esperarse cada quien buscaba salvar su pellejo. Busqué desesperadamente echarle la culpa a alguien más como a Cecilia, pero nada pudo ayudarme ni siquiera intentar hacerme el loco ayudó a que perdonaran la sentencia de muerte que me esperaba.

 

·         ¿Qué sientes al darte cuenta de que los bandidos del río frío cobraron gran fama? R: No me sorprendió del todo que llegáramos tan lejos con esta cuadrilla de vándalos. Gracias a los conocimientos profesionales de Hilario y el interés desmedido por volvernos ricos, la idea de realizar robos por los caminos no me pareció descabellada e incluso era una excelente entrada de dinero. Todo se lo debo a la organización  y la coartada bien estructurada que teníamos. El hecho de cambiarme el nombre, engañar a  Juan Baninelli y al gobierno en sí, no se nos dificultó obtener la fama internacional de los bandidos.

 

·         ¿Cuál era tu intención al arrendar el hotel de los tapatíos?

 

R: Necesitábamos un espacio para que mis cuatreros pudieran esconderse y divertirse. El hotel contaba con cantina, fonda, café y un espacio para bailar. La ambición era grande y contar con un negocio como el hotel me daría más dinero del que ya tenía. Claro que para eso fue necesario aumentar y abusar de los precios para mejorar mis ganancias.

 

·         Y Ya para terminar. ¿Cuáles eran tus verdaderas intenciones con Cecilia?

R: Pues sí que eran más serias que con Tules y Casilda. La mujer se hacía la difícil cada que le confería joyas y alhajas pero era una mujer con demasiado escrúpulos y no me agradaba que supiera demasiado sobre mí y el hecho de que yo era el asesino de Tules y el líder de los bandidos, era peligroso que ella, Marcos y Olañeta supieran demasiado. Debí haberla matado cuando tuve la oportunidad.

 

Con esto nos despedimos  del señor Pedro Sánchez. Los lectores estarán complacidos de conocer las últimas palabras que nos ofreció una noche  antes de su ejecución,  Evaristo el tornero, y líder de la famosa panda de Bandidos del río frío e México.



por: Cynthia Anaí Armas Hernández

 
 
Mujeres,  nos encontramos en pleno siglo XIX, momento de presentar ante la sociedad que somos tan ciudadanas como cualquier hombre, que nuestra voz también debe ser escuchada, que somos una parte fundamental para México.

En esta edición dedicada a Manuel Payno con su obra: los bandidos de Río Frío, tomamos un aspecto que se presenta en dicho texto y que juzgo concerniente a este espacio. Ese es el cómo se ve hasta nuestros días la figura de la mujer.

Existen varios personajes femeninos que aparecen como tradicionalmente se ve estereotipada la mujer, como un ser pasivo. No obstante, una señora, Cecilia, es diferente. Pertenece a la clase media, aunque su origen es acomodado. Dicha dama ha perdido a sus padres desde pequeña y se hizo automáticamente acreedora de sus bienes, los cuales hace florecer y prosperar con el sudor de su frente. Se ve obligada a tratar con hombres rudos, maleantes y demás, dominando primorosamente y siempre con su cuchillo escondido entre sus prendas. Hermosa, pulcra, honesta, caritativa, bondadosa pero aún más inteligente permanece como una virgen intacta, deseada por muchos  quienes jamás son correspondidos.

Cecilia es un ejemplo de mujer trabajadora y honesta que tiene que enfrentarse a su sociedad machista desde su inferior condición de mujer. Y esta situación llega a afectarle al grado de perder su puesto como frutera en un mercado, pues su gran belleza deslumbra al encargado del mercado quien si no puede poseerla, la arruinará.

Esto no debe ser así señoritas, tenemos que luchar contra esas ideas que nosotras mismas nos creamos porque desde niñas nos inculcan en nuestras propias casas, de que los hombres tienen derechos sobre nosotras. No quiero decir con esto que nadie vuelva a casarse nunca, ni que debamos realizar trabajos físicos más grandes que nuestras fuerzas, no. Debemos aprender de Cecilia, la imponente trajinera y frutera que se ganaba el respeto porque ella profería también respeto y honradez, porque su amabilidad y caridad no tenían límite y por qué no decirlo, amaba como toda mujer las joyas, la medallas de plata y perlas, el calzado, los vestidos, la limpieza y los rituales de belleza como el baño de hierbas que tanto bien hace y termina sintiéndose atraída por un hombre.

Curiosamente, Cecilia es una mujer que si bien tiene todas estas cualidades, la buena educación y la cultura no forman parte de ella. Tal vez ahí radica su pureza, no se ha visto corrompida por la sociedad estirada y de costumbres artificiales, ella es libre de espíritu, y si bien es una buena cristiana que guarda con decoro los dogmas de nuestra Santa Iglesia, no sabe más que de sus negocios, no se preocupa por ser refinada sino por ser ella misma, de tal manera que no se casa con el primer hombre que le propone matrimonio ni se acobarda ante los maleantes. Entre otras cosas y a falta de familia, se rodea de dos indias las Marías, y las educa en la fe y en la honestidad como si fueran sus propias hijas. Cecilia es la voz de aquellas mujeres que día con día trabajan arduamente por una vida digna y por su honra, pero también, por la libertad que todas las mujeres tenemos de elegir, por ejemplo de  si queremos casarnos o no y con quién, a trabajar en lo que más nos guste y convenga, a ser tratadas dignamente, y en fin, a luchar valerosamente por lo que creemos a pesar de la sociedad en la que nos toque vivir. Considero que esta es la propuesta que el señor Manuel Payno nos quiere presentar a través del personaje de Cecilia.

Sí señoritas, ser mujer es mucho más que limpiar la casa de un matrimonio al que convenimos no tanto por amor, sino por imposición, ser mujer es mucho más que servir a un hombre como esclavas y deleitarlo carnalmente, es más que vivir en la cocina, es más que engendrar hijos, es más que sumisión, ser mujer es un misterio maravilloso e infinito. clic aquí para modificar.

Por: Ana Laura Zermeño Cuellar


La Joie de la Femme